La microbiota intestinal se puede definir como el micro-ecosistema de microorganismos formado por bacterias, virus, hongos y protozoos que habitan en el tracto gastrointestinal, el cual, ya es considerado a día de hoy, como un importante órgano con funciones metabólicas y del sistema inmune.
Podemos hablar de microbiota cuando nos referimos al conjunto de microorganismos desde un punto de vista taxonómico, es decir, haciendo referencia a las especies de microorganismos que la componen.
Mientras que el término microbioma hace referencia a su contenido genético y por ende a la funcionalidad que estos microorganismos llevan a cabo.
Casi la totalidad de los microorganismos que pueblan el tracto gastrointestinal son bacterias. Bacterias beneficiosas llamadas probióticos, como también bacterias dañinas.
Funciones de la microbiota intestinal en perros
La microbiota intestinal lleva a cabo funciones que benefician al perro desde el punto de vista metabólico y es por esto por lo que, además de un “órgano inmune” se considera un “órgano metabólico”.
Algunas de estas funciones son:
- Colaboración en la digestión.
- Ayuda al metabolismo del perro.
- Síntesis de vitaminas.
- Biotransformación de ácidos biliares.
- Metabolismo de xenobióticos.
- Correcta maduración de las células epiteliales intestinales.
- Defensa contra bacterias patógenas.
Es la biodiversidad microbiana presente en la microbiota intestinal la que le permite al perro beneficiarse de rutas metabólicas que de otro modo no podría disfrutar.
Bacterias y sus procesos en la microbiota intestinal
Los procesos que llevan a cabo las bacterias ofrecen energía y sustratos no solo a ellas mismas, sino también al a tu perro.
El principal de estos procesos se considera la fermentación ya que la mayoría de las bacterias son anaerobias ya sea facultativas o estrictas.
Los sustratos de esta fermentación son alcoholes o carbohidratos no digestibles como el almidón, celulosa o la pectina y los productos de la fermentación de estos sustratos son gases, ácidos grasos de cadena corta, acetato, propionato y butirato, los cuales sirven como sustrato energético bacteriano pero también para las células de la pared intestinal.
Ácidos grasos de cadena corta
Los ácidos grasos de cadena corta, aparte de servir como energía (Wong et al., 2006) ayudan a modular el pH luminal, ayudando a que sea más ácido y por tanto un medio óptimo para el crecimiento de las bacterias comensales pero no de las patógenas (el pH es una de las principales barreras frente a las bacterias patógenas).
Además ayudan a la reabsorción de sodio y potasio cuando son absorbidos por el intestino.
Los ácidos grasos de cadena corta no solo suponen un sustrato energético, sino que ayudan a regular la motilidad intestinal y son una importante defensa contra las bacterias patógenas.
Asimismo, inducen la formación de células T reguladoras, que son mediadoras de la inflamación con un efecto antiinflamatorio. Faecalibacterium prausnitzii, Eubacterium rectale, Eubacterium hallii y Ruminococcus bromii son algunas 14 de las bacterias productoras de ácidos grasos de cadena corta.
Microbiota intestinal y el sistema inmune
La microbiota intestinal juega un papel fundamental en la modulación del sistema inmune de tu perro, estableciendo una respuesta de tolerancia hacia los microrganismos comensales y frente a los nutrientes. No obstante, se debe activar una respuesta inmunitaria contraria para proteger al perro de patógenos y toxinas.
Estas respuestas ocurren tras la detección de los microrganismos o sus metabolitos por parte de las células de la mucosa del hospedador, incluyendo las células dendríticas, células linfoides innatas o los receptores tipo Toll like Receptor (TLR).
Tras esta detección se pone en marcha un mecanismo orientado a generar una respuesta antiinflamatoria, mediada por los linfocitos T reguladores (Treg) en el caso que exista una tolerancia, y proinflamatoria mediada por linfocitos helper (Th1 o Th 17) para producir fenómenos proinflamatorios que acaben eliminando al patógeno.
MUÑOZ AZNAR, Yaiza, et al. La enfermedad inflamatoria intestinal canina. 2021.
Presencia de bacterias beneficiosas en alimentos crudos
La presencia de bacterias beneficiosas en los alimentos crudos, es un factor muy importante que contribuye a la salud de nuestras mascotas.
Los alimentos crudos, tanto carnes como vegetales, llenan el sistema digestivo de estas bacterias saludables, las que activan continuamente el sistema inmune. Su sola presencia, actúa como una mini vacuna natural en cada comida.
Las carnes son el alimento preferido de nuestras mascotas y los vegetales son el alimento preferido de su microbiota intestinal.
Pero aquí es fundamental entender que dentro de los vegetales no pueden ir granos (trigo, maíz, arroz) que son azúcares simples que alimentan las bacterias dañinas produciendo putrefacción dentro del intestino (de ahí el mal olor!!) y las temidas inflamaciones.
En cambio, los vegetales como zanahoria, acelga, brocoli, etc, alimentan las bacterias saludables realizando una buena fermentación, para terminar con una buena digestión.
Si alimentamos a nuestras mascotas con una proporción de entre 70% – 80% de carnes e ingredientes de origen animal y 20% – 30% de origen vegetal, tendremos la nutrición biológicamente apropiada según su naturaleza carnívora.
¿Cómo puedo proteger y ayudar a desarrollar la microbiota de mi perro?
Puedes ayudarlos con los siguientes suplementos que también están disponibles en nuestra tienda:
- Caldo de Huesos: Un alimento de alto contenido de colágeno y glucosamina, productos fundamentales para la reparación y mantención de las paredes intestinales y las articulaciones.
- Yogurt de Kéfir: una leche fermentada transformada en yogurt rico en bacterias y levaduras beneficiosas y probióticas que desarrollan la microbiota intestinal de tu perro, la que actúa como una potente barrera defensiva contra microorganismos dañinos, compuestos tóxicos y otros químicos.
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